domingo, 7 de octubre de 2012

UN FIN DE SEMANA CON LAS TRES MELLIZAS


LAS TRES MELLIZAS

Érase que se eran, tres mellizas, felices como ellas solas.












Que se unieron gracias a una literatura un tanto especial.











Y que, aparte de reír, cantar, soñar, montar fiestas… cuando hace falta, se sostienen unas a otras, sin importarlas quien está debajo, porque saben que mañana estarán arriba.



















Esta es la historia de una de sus fiestas.



JUEVES


Empiezan pronto, con una comida en casa de una de las mellizas,













A la que se unen unos invitados muy especiales.










Después de una comida, con una larga sobremesa, las tres mellizas se quedan solitas, y tras una charla y un café.











Se meten en la cocina







Y acaban rodeadas de pelotas.








Tras una cenita tranquila, y fresquita, empiezan las maquinaciones gracias a la sorpresa que traen de regalo para la melliza Madrileña.









Y toca hacer manualidades.











Al ordenador a buscar complicidades, que necesitan unas fotos.









Y a dormir, juntas que no revueltas.
Ahhh no, cada una en un lado, no sea que el calor hiciera efecto.















VIERNES


A la mañana siguiente, a llevar el avituallamiento al centro base, y de compras, lo que siempre puede ser peligroso tratándose de ellas.



















Y tras otra comida, tardía pero generosa a la que asistieron más amigos






























Se dió paso a una noche muy... muy..... muy marinera.



VIERNES NOCHE

Ya terminada la comida, y empalmando con la cena, comienzan a llegar mas invitados, y la temperatura de los apartamentos comienza a subir.
Las mellizas empiezan a echar el resto.












Alguno se sintió como esta tarta.








Y caras hubo para todos los gustos.








Mirar, el sofá azul, ¿A que os recuerda?











Esas caritas de las mellizas no tienen precio.

Invitados hubo de todo tipo.



















 y lo que allí ocurrió, ya se sabe, lo que pasa en las Vegas…..














SABADO MAÑANA

A las 6 de la mañana, cuando los últimos invitados se fueron, nos acostamos a dormir, hasta que a las 8, una dulce voz me despierta.

Llegan los churros y con ellos el churrero, y semejante invitado se merecía un recibimiento especial, vamos, en pijama por medio de los apartamentos, al menos esta vez nadie enseñaba las bragas.












Otro ratito se sueño, y de nuevo a recibir invitados, alguno despistado, y a por otra comida especial.












Que luego dejaría paso a más sorpresas.












Así hacía más de uno el sábado antes de salir de los apartamentos.











y llegó la hora de prepararnos para agujerear los Madriles.
















Convenientemente motorizadas, fuimos al lugar de encuentro con el resto de la gente.











Que no nos hace falta Colón para hacer nuevos y grandes descubrimientos










Aunque tengamos que partir a otros planetas











Esta vez no encontramos marcianos.

La noche del sábado dio para mucho.


























































































Hasta tuvimos un rey de la noche.





















Y yo diría que esta imagen lo ilustra bastante bien.









Cada mochuelo a su olivo, y nada más que contar.







































DOMINGO.

El domingo, tras un desayuno mas que soleado, de nuevo de cocinillas













y de nuevo momentos mágicos.











Ya por la tarde, como todas nuestras tardes de domingo, un cierto sabor agridulce.











Que las despedidas son muy malas, pero nada que un abrazo no cure.











Y ya solas de nuevo, las tres mellizas juegan a las cartas.




Y ya se que aquí no estamos jugando a las cartas, pero esta imagen refleja más el momento mágico y de complicidad que tuvimos en ese sillón.







Entre lágrimas de risa.



Cansadas, pero con el ánimo renovado, se acuestan…












No se que pasa con esta imagen, que no carga...





Sin duda, llevaba razón en mis predicciones, ESTA SERÍA LA FIESTA DE LA ESPONJA, jajajaja.

LUNES
Para el lunes, no me quedan ni imágenes, ni palabras, solo agradecimientos, no solo a mis especiales mellizas, ni a toda la gente que me abrazó de esa forma tan especial, si no a todo el mundo que nos acompañó el fin de semana, un fin de semana muy especial y que, como ya hemos dicho, nosotras sabemos que hay un antes y un después.


Está claro que, ni están todos los que son, ni son todos los que están, pero nada es eterno, e ilustrar cada uno de los momentos del fin de semana, lo sería. 
Si pasó algo más, o no lo recuerdo, o mi discreción me impide recordar.



Besos y hasta la próxima.